1
Sobre la puerta del establecimiento colgaba un pez de madera.
2
Otras dos monjas con una túnica gris tocaban el pequeño pez de madera y recitaban algo en voz baja.
3
Llevaba en las manos un pez de madera y, mientras caminaba, musitaba algo ininteligible, que pretendía ser una letanía.
4
Un templo sintoísta, decorado con un pez de madera porque los peces, como los dioses, nunca cierran los ojos.
5
Haz saltar entonces la tapa del baúl y abandónalo, sacudiendo el pez de madera y cantando un sutra budista.